Introducción: El siglo XXI exige que el artista sea no solo un creador, sino también un director de marketing digital. La visibilidad es poder, y las #plataformas son la nueva galería. Pero, ¿cómo equilibramos la necesidad del algoritmo de contenido constante con la profundidad que requiere una pieza de #artesvisuales?
Puntos Clave:
- La Curaduría Digital es tu Portafolio: No uses tus redes sociales solo para subir fotos bonitas. Úsalas para contar la historia de tu trabajo. El 80% debe ser sobre tu arte, el 20% puede ser sobre tu proceso o vida personal (si lo deseas). Mantén un #foco claro.
- El Dilema de la Autenticidad vs. el Engagement: No tienes que bailar en TikTok para ser viral. Encuentra tu formato auténtico. Si tu trabajo es la quietud, haz videos lentos. El engagement verdadero viene cuando tu contenido es fiel a tu voz artística.
- Tu Sitio Web: El Centro de Mando: Instagram es genial, pero tu sitio web es tu base. Es la única #plataformas que controlas al 100%. Ahí es donde deben estar tu biografía, tu declaración de artista, tu catálogo completo (con precios) y, crucialmente, el formulario de contacto para prensa o #convocatorias.
- Documentación Inteligente, no Constante: En lugar de publicar sin parar, enfócate en la calidad de la documentación. Un timelapse o un video narrado sobre la intención detrás de tu obra vale más que 10 selfies. Usa la #fotografia y el video para educar a tu audiencia sobre el valor de lo que haces.
- La Marca Sutil: Coherencia Visual y Tonal: El #gestioncultural de tu marca es la coherencia. Mismos colores, misma tipografía, mismo tono de voz en todas las #plataformas. Esto crea una identidad profesional que los curadores pueden reconocer y tomar en serio.
Conclusión: No eres un influencer que hace arte; eres un artista que usa la influencia. Controla la narrativa digital de tu carrera.